viernes, 23 de enero de 2009

EL INDIO SE RÍE DE LA TRIBU

Desde acá, apoyo incondicionalmente a los floggers y a los emos.

En el caso de los primeros, no lo hago ni por sus chupines ni por sus peinados, sus fotologs, sus arres, sus reuniones en el abasto y, mucho menos, por sus pasitos de baile.

En el caso de los segundos, no lo hago por su culto al color negro, sus ojos delineados, su flequillo escondedor y, menos que menos, por sus comisuras eternamente descendentes.

Los apoyo porque, sin quererlo, son los sensores de la incoherencia de una sociedad con adultos que no llegan a ponerse los pantalones largos por su inútil afán de ser eternos adolescentes.

¿O acaso FACEBOOK, con gente arriba de 30 mandando WINKs WINKs o FLIRTs, no es más patético que un chupín o un flequillo a los 15?

Los que se ríen, crítican y preocupan por los floggers, los emos y otras tribus tendrían que mirarse a ellos mismos primero.

Sobre todo, las cuarentonas con exceso de botox, siliconas, gimnasio o solarium que a falta de barbies en su infancia intentan, sin éxito, convertirse en una. 
Los padres ausentes con muy baja autoestima lanzados a la cacería de mujeres fáciles que les permitan sentirse, por unos segundos, el piola del curso que nunca fueron en la escuela. 
Treintañeros y treintañeras sin voluntad que todavía viven con los padres y, lo que es peor, de los padres.
 
La lista podría ser interminable. Pero la esencia es la misma: adultos que nunca crecieron se asustan, se ríen y critican a adolescentes que son adolescentes.

Si tenés más de 30 y vas a opinar de ellos, permitime un consejo:
larga primero los ansiolíticos, el porrito que te fumás para escaparte un rato de tu insoportable rutina, la fantasía permanente de jugar al Latin Lover o a la Femme Fatal, la necesidad de culpar al país, al mundo, a tu ex o al primero o primera que se te cruza por tu fracaso, la costumbre de llenar con ese trabajo que ya no te gusta o con fiestas el vacío que sentís cuando llegás a tu casa, el disfraz de víctima de la realidad que vos mismo/a creaste y, fundamentalmente, dejá el personaje que te construiste y empezá a ser la persona que sos.

Con todos sus defectos y sus incongruencias lógicas, los floggers tienen una alegría mucho más sincera y un proyecto mucho más placentero que la mayoría de los que, a esta altura, ya deberían ser, pensar, sentir y actuar como adultos.  

Los emos, por su lado, tienen una tristeza mucho más auténtica que la de aquellos que hace mucho tiempo no lloran por nada. Ni siquiera por esas cosas por las que vale la pena llorar.

Yo no estoy libre de pecado. Por eso no voy a arrojarles ninguna piedra.

Todo lo contrario. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario